Se vale gritar durante el expulsivo: El pujo exhalado también existe y es fisiológico
No es verdad que algunas mujeres no sepamos pujar . El pujo no se aprende, se siente. Y no es que «calladitas nos va siempre mejor»… ¿Qué es realmente lo que nos incomoda de ese grito del alma de una mujer pariendo?
No deja de sorprenderme la sabiduría instintiva que tiene el cuerpo de cada mujer en el momento de parir. El mejor consejo para cada una de ellas es que siga su cuerpo y se aferre a ella misma; a sus sensaciones. La era medicalizada del parto sin duda ha traído muchos beneficios, pero también, de alguna manera, nos ha alejado de los pequeños grandes detalles de la fisiología del parto. Uno de ellos está relacionado con el pujo.
Por muchos años yo también creí que la única manera “correcta” para que una mujer pujara durante el expulsivo (última etapa del parto, en la que el bebé sale por el canal vaginal) era a través de la maniobra de Valsalva. Esta maniobra consiste en indicarle a la mujer que tome una inspiración, retenga el aire en la boca para que la glotis se cierre, y empuje durante el tiempo que más pueda (con la boca cerrada ) en sincronía con la contracción. El diafragma baja y empuja los órganos abdominales sobre el periné, haciendo que este paradójicamente se cierre (reflejo miotático), lo que implica más resistencia a la salida del bebé, y un mayor esfuerzo. Este es el llamado «pujo dirigido», por el personal que está asistiendo el parto.
Pero sucede que existe una manera espontánea de pujar, dirigida por la propia mujer, cuando ella siente la necesidad de hacerlo. Consiste en pujar con la glotis abierta, mientras emite el sonido de alguna vocal, o realiza exhalaciones intermitentes, con la boca abierta. Aquí el diafragma no baja y son los músculos abdominales transverso y oblicuos quienes comprimen el útero . Los órganos abdominales no empujan el periné, por lo cual este se abre con más facilidad para dar paso al bebé. Este es el llamado «pujo fisiológico». Y es más evidente en ausencia de analgesia peridural. Es un reflejo incontrolable.
Sin duda, con la analgesia peridural, se inhibe el reflejo del pujo fisiológico, e inevitablemente debemos recurrir al pujo dirigido. Quizás entonces podamos empezar a «dirigirlo» tratando de imitar el pujo fisiológico, es decir, en exhalación, con la glotis y boca abiertas (un grito).
Actualmente la evidencia científica no es concluyente para alentar o refutar ninguno de los dos tipos de pujo. Pero lo que si recomienda es que se debe incentivar a cada mujer para que puje según su preferencia y comodidad, si las condiciones así lo permiten.
Entonces, no es verdad que algunas mujeres no sepamos pujar . El pujo no se aprende, se siente. Y no es que «calladitas nos va siempre mejor»… ¿Qué es realmente lo que nos incomoda de ese grito del alma de una mujer pariendo?.
Fuente: *Effect of the type of maternal pushing during the second stage of labour on obstetric and neonatal outcome: a multicentre randomized trial- the EOLE study protocol. . Baransiski C. Vendittelli F. BMJ Open 2016. *Pushing/bearing down methods for the second stage of labour (Review) Cochrane Library 2015.
Otros artículos relacionados