Violencia Obstétrica: Reflexiones de una Médica Gineco-obstetra
La experiencia de un parto traumático puede ser subjetiva, cuando viene de adentro. Estar ligada a vivencias propias del pasado (abuso sexual, embarazo no deseado, historia de maltrato,conflictos emocionales no resueltos) que afloran durante el parto, o producto de una complicación durante el parto, sin presencia de agresiones externas. Por ello la importancia de buscar una actitud compasiva por parte de quienes trabajamos en torno al nacimiento. Porque no siempre sabemos que historia hay detrás de cada mujer que está allí, en labor de parto, con su sensibilidad a flor de piel…vulnerable.
La experiencia de violencia en el parto es algo objetivo. Tangible de forma universal ante los ojos de cualquier observador. Viene de afuera: Maltrato verbal, psicológico o físico evidente. Ausencia de decisiones informadas y concertadas sobre el propio cuerpo y proceso.
Como Gineco-obstetra, y ante todo como mujer, no puedo ser indiferente a ese llamado..
Ambos tipos de experiencia en el parto pueden presentarse por separado, o al mismo tiempo. La traumática puede ser también secuela de una experiencia violenta. Muchos de nosotros ( y me incluyo) fuimos testigos silenciosos en nuestra formación de esta «violencia normalizada». Quizás yo misma actué con violencia en algún instante, y por ello hoy pido perdón a esas mujeres, donde quiera que se encuentren. Es tiempo de romper con ese silencio. Creo en mi profesión. La mayoría de colegas son seres humanos y profesionales extraordinarios. Sin embargo, hay una voz que nos está diciendo una verdad, que aunque nos duela, no podemos negar. Es la voz de cientos de mujeres que está clamando por una experiencia de parto más digna. Como Gineco-obstetra, y ante todo como mujer, no puedo ser indiferente a ese llamado. Es esa misma voz la que también podríamos emitir nosotros, los trabajadores de la salud, clamando unidos por unas condiciones laborales más justas. Por una responsabilidad social y política frente al tema. Sin que justifique la violencia, el trabajar bajo presión,sin justa remuneración, y con escaso personal no es el mejor terreno para sembrar el cambio. Por ello creo en el «Parto Integrativo». Un movimiento que nos una y no nos separe. Que nos haga parte de la solución y no sólo del problema. Que integre los Derechos de las Mujeres, junto con la Evidencia Científica y la Dignidad Médica. Por el bien de las mujeres, de nuestra sociedad y por nuestro futuro.
Susanita todo el problema arranca con la ley 100 y el puntaje q le dieron a un parto de 75 lo cual ocasiona un déficit al lado de otras especialidades y todo esto se ahonda con el precio q paga una eps por un paquete de parto lo cual no alcanza para cubrir un parto digno y el número de partos se convierte en un indicador y se debe volver cantidad por calidad . A todo esto súmale la implicación medica legal donde se considera q todo parto debe salir bien sin complicaciones lo cual el ginecologo no lo puede proveer por lo cual el índice de cesarea se eleva pero contarte todo esto tú lo sabes. Por lo cual si queremos hacer algo de calidad las eps no lo permitirán por q la plata se queda en la burocracia administrativa pero en fin buena suerte y te felicito en tu interes
Germancito, agradezco mucho tu aporte. Porque tu eres un colega con muchísima experiencia, y conoce a fondo la problemática y el funcionamiento de la parte administrativa de nuestro sistema de salud. Sin duda, es un problema con muchas caras: La ley 100 indudablemente tiene muchísimo que ver en la des-humanización de los servicios médicos en general, y en la atención del parto en particular. Entonces justamente hay una responsabilidad política y social frente al tema, que hay que visibilizar. Pero preocupa la separación y pasividad que como gremio tenemos en nuestra especialidad (tras el desequilibrio que tu nombras, frente a la valoración que tiene nuestra especialidad para el sistema), para no exigir condiciones dignas hacia nosotros. La otra cara que tiene esta problemática, es que como toda violencia (uso el término, porque así se le conoce en algunos países al maltrato durante el parto ), no discrimina. Y también hay testimonios de maltrato en el embarazo y parto a nivel de instituciones privadas, en las que no hay que cumplir indicadores, pues cada gestante tiene su obstetra de cabecera. Entonces allí hay otra cara. Reitero, creo en mi profesión y creo que la mayoría de colegas son excelentes profesionales, aún trabajando en condiciones difíciles, hacen lo que pueden frente a la realidad . Le apuesto algún día a que haya un justo equilibrio entre la Dignidad Médica,los Derechos de las Mujeres y la evidencia Científica, para que haya un cambio. Por lo menos, un primer paso para ese cambio puede ser el hablar sobre el tema y el reconocerlo. Un saludo.